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(Prensa IDEA) Columna de opinión, del Dr. Cristián Garay, director del Magíster en Estudios Internacionales "La geopolítica de una crisis: Hamás e Israel" / El Mostrador

El ataque de Hamás vulnera de forma decisiva las confianzas de Israel en materia de seguridad, y genera una vulnerabilidad manifiesta, ante un actor, Hamás, que además cuenta con un apoyo externo evidente en Irán, Siria y el eje ruso-chino.

Por : Cristian Garay Vera Aunque el ataque de Hamás fue por lógica preparado con mucha amplitud de tiempo y de medios, es evidente que las señales de este no fueron advertidas por los estadios como el escalón político, el policial o la inteligencia israelí. Más bien, se había cimentado la confianza en la capacidad de destrucción antimisiles y anticohetes del Domo de Hierro que se cifraba en 90%, y en la consistencia del aparato militar. Sin embargo, Israel venía sumido en una crisis política por el intento de Netanyahu de incrementar sus poderes y la resistencia de la oposición de centroizquierda. Muchos ciudadanos dejaron de asistir a sus sesiones de reservistas y la agenda interna dominó sobre la necesidad de seguridad del Estado de Israel. Seguramente, habrá que verificar qué tipo de comunicación se utilizó para transmitir las órdenes, para que no fueran advertidas por las medidas de control del espectro cibernético y de información, dejando en la indefensión al Estado y la población. Es evidente que el peso del conflicto interno inhibió alertas de corte militar, justo cuando Israel tanteaba normalizar relaciones con varios países árabes, entre ellos, Marruecos y ahora Arabia Saudí, en el marco de los llamados Acuerdos de Abraham. Una segunda característica de este episodio, es que Hamás se levanta como una amenaza de características muy similares a Hezbollah o Estado Islámico, cuyo propósito no es la defensa de los derechos palestinos, como se ha dicho, sino la destrucción del Estado de Israel. Para ello han contado con una planificación e inteligencia propias, con la experiencia de combatientes islámicos en Siria (por ejemplo, frente a blindados), el uso de medios tan heterodoxos como parapentes para infligir daño a civiles y al Estado de Israel. También con la nueva vulnerabilidad de blindados frente a drones, y grandes rondas de artillería de cohetes, que empiezan a ser la norma en las guerras actuales. Desde el punto de vista del ataque, estamos ante una guerra y no una escalada de violencia, justo cuando se creía que Hamás había alejado este propósito en el curso de los últimos años.  Lee la columna completa en El mostrador.